lunes, 25 de junio de 2012

Alexei Balabanov - Brat (1997)


Con acierto el 10º Bafici ha incluido en su programación una retrospectiva al notable y joven cineasta ruso Alexei Balabanov, fundamental en la renovación de una cinematografía de lejana y prestigiosa historia.

Bien puede decirse que, en gran medida, el cine del ruso Alexei Balabanov es la mirada a la desintegración social y a la crisis repetida de los valores humanos. Con una mirada donde no está ausente la comedia su film Gruz 200, prohibida en la televisión de su país por su excesiva violencia y por la cual tuvo el premio al Mejor director en el Festival de Cine de Gijón, es una burlona mirada a la Unión Soviética en tiempos en los cuales el gigante de pies de barro se desmoronaba. Época de crísis del mundo comunista que llegaba a su fin y empezaba a entremezclarse peligrosamente con los asesinatos despiadados. Brat, con el siempre certero Sergei Bodrov en el protagónico, es también la evocación del final, aquí sojuzgado por el nihilismo y la marginación en un ambiente de gangsters y muerte.
Pero indudablemente una de sus celebradas películas es la apenas conocida aquí Pro urodov i lyudey, con una historia que entremezcla en los principios del siglo XX a la pornografía dentro de un espiral digno de los melodramas y del folletin con indudables dósis de humor. La historia se centra en Johann, fotógrafo de desnudos non santos que une a dos familias rusas al interesarse en la doncella del doctor Stasov y en la hija del humilde ferrocarrilero Radlov. Ambientada en San Petersburgo, el clan de pornógrafos retrata el sadomasoquismo en sus instantáneas con bellas jóvenes doblegadas por una anciana senil. En este film, el ruso Balabanov se interroga sobre los límites de la imágen artística y logra plasmar en intención algo que, en la realidad, fue materia obligada del célebre fotógrafo checo Jan Saudek y su mirada a la decadencia como fin de una trayectoria artística.
Lo particular del cine de Balavanov, amén de su gusto por la desintegración social y el auge de la delincuencia, es la combinación que logra de estos con cierto espíritu romántico que subyace en sus obras. Brat,  éxito en su país, retrata a un soldado dado de baja en la ciudad de San Petersburgo contemporánea, y las hazañas que debe realizar en aras de la supervivencia. Brat 2, secuela luego del éxito, decididamente nos presenta a un asesino a sueldo.
La falta de dinero también pareciera ser materia de análisis en Mne ne bolno. La puesta en crisis del sentido de la vida recuerda las sensibles palabras de José Ingenieros recordando a Schopenhauer: "en sus Aforismos definió al perfecto filisteo como un ser que se deja engañar por las apariencias y toma en serio todos los dogmatismos sociales: constantemente ocupado de someterse a las farsas mundanas".
No por nada Nikita Mikhalkov señaló que la obra de Balabanov está muy por encima de la del norteamericano Quentin Tarantino, con quién en diversas oportunidades se intentó homologar su producción.
FA 4777

No hay comentarios: