martes, 28 de febrero de 2012

Jean Rouch - Moi un noir (1958)


YO, UN NEGRO

Bajo la influencia de las teorías y la obra de Dziga Vertov y Robert Flaherty, Rouch aplica a sus films esta bella idea: el cine-estilográfica, un arte sin restricciones, sin guía ni guión. Un cine en el que, como lo explica Bernard Surugue en los extras del dvd, uno se encuentra con los "actores" en el desayuno para discutir lo que se va a filmar durante la jornada. Ni ficción ni documental, la obra de Rouch destituye toda frontera entre film y reportaje, puesta en escena y tomas en vivo, imaginación y realidad. Rouch es un cineasta del mundo, un contrabandista que atraviesa con elegancia todos los obstáculos: las fronteras, los límites, el cuadro.
definición de documental. Rouch rodó en Africa más de cien films, en los que el realizador se vuelve actor, el actor, realizador, el sujeto, objeto, el objeto, sujeto, lo mudo, parlante, lo real, ficción... Su arte desborda el marco del género y se deja llevar por el movimiento de un continente y de sus pueblos, balanceándose constantemente entre invención y realidad. Los dos ejemplos más sintomáticos de este desplazamiento del documental hacia el cine (y viceversa) son, en el dvd, Moi un noir, y Jaguar. En el primero se pone en juego lo que Deleuze tipificara como fabulación rouchiana: "el raccord incesante del personaje documental sobre una ficción más grande que él." Tal raccord inédito sólo podía funcionar si Rouch lo acompañaba de una forma cinematográfica propia, hecha de narración guionada (el comienzo de Petit à Petit, muy "escrito") y de estilo documental. Excelente encuadrador, montajista genial (ver la anécdota referida por Surugue sobre el estilo de Rouch, nacido de las restricciones de las pequeñas cámaras con rollos de 20 segundos de film, que lo obligaban a pensar de antemano el plano siguiente, durante el tiempo de recarga de la cámara), Rouch dinamita los esquemas y reglas de su época. Ya no más trípode, sino la cámara al hombro. Lo nítido, lo vago, los (falsos) raccordssobresaltados que captan toda la energía del tema. Miradas a cámara y un sorprendente juego sobre la voz over (en Rouch se habla infatigablemente, pero jamás "en entrevista": estamos en el cine, no en la televisión)... Otras tantas figuras de estilo que sólo le pertenecen a él y que constituyen en su época una verdadera revolución. Godard es el primero en reconocerlo: no hay Nouvelle Vague sin Jean Rouch, su libertad de tono y de estilo tuvo profunda influencia sobre los Jóvenes Turcos de los Cahiers.
El final de Moi un noir, increíble travelling al mismo tiempo que fulgurante monólogo, no puede no haber influido en los Belmondo y Godard de Sin aliento. Esos diez minutos exacerbados sintetizan en una increíble secuencia toda la energía y la imaginación de Jean Rouch, tanto en lo que hace al encuadre como al montaje visual y sonoro. La cámara improvisa en función de los gestos y delirios de su personaje, mientras que el impresionante ruido de la caída de un árbol se introduce en medio de las elucubraciones de Edward G. Robinson (...) Liberado de su estricto papel figurativo, el plano es un torbellino, cuyos efectos sobre el espíritu de la época es dable imaginar sin más (...) los hallazgos de puesta en escena de Rouch no aparecen jamás separados de fulguraciones estéticas absolutamente sorprendentes, como esas escenas nocturnas que llevan a preguntarse aún hoy de qué manera logró Rouch captar todos sus matices. Rodados con una pequeña cámara de 16mm, los planos de la boîte nocturna de Moi un noir, hacen sentir una amarga nostalgia por ese período en que el soporte fílmico sabía entregar la belleza de un continente mucho mejor que cualquier cámara de video. Equipado con una mini cámara digital, uno de los hijos espirituales de Rouch, Hubert Sauper (Le Cauchemar de Darwin, precioso documental sobre Tanzania, actualmente en cines) ha ganado hoy en comodidad lo que se pierde en resplandor. Colores profundos, contrastes sorprendentes, magnificación del primer plano: el bricolage fílmico de Jean Rouch parece, lamentablemente, que ya no tiene equivalentes en la actualidad.
FA 4590

No hay comentarios: