jueves, 3 de noviembre de 2011

Mikio Naruse - Tanoshiki kana jinsei (1944)


ESTA VIDA FELIZ

Una familia muy particular llega de pronto a un pueblo y lo transforma radicalmente.

Mikio Naruse nació en Tokio en 1905, sólo diez años después de la invención del cine. Su padre era un estoico artesano, hijo de un samurái. Dado que su familia era pobre, Naruse tuvo que estudiar en una escuela de formación profesional con el fin de hacerse mecánico. Al morir su padre en 1920, entró a trabajar a los quince años en el departamento de atrezzo del estudio Kamata de la Shochiku. Naruse contaría después que cogió ese empleo para poder ganarse la vida y no porque sintiera ningún deseo de trabajar en el cine. El estudio Kamata de la Shochiku era un estudio nuevo construido en las afueras de Tokio por algunos promotores del teatro tradicional atentos al potencial del negocio del cine. Estos estudios, seguían la política de producir en serie comedias ligeras contemporáneas para la pequeña burguesía, con el fin de fomentar la afición de un nuevo segmento del público. El director Yoshinobu Ikeda, le ofreció al joven Naruse la oportunidad de convertirse en ayudante de dirección. Pero la ocasión de dirigir tardó mucho en llegarle a Naruse, y mientras la estaba esperando, se produjo la muerte de su madre.
En este periodo, directores como Heinosuke Gosho y Yasujiro Ozu, aunque llegaron a los estudios después de Naruse, ya eran considerados por entonces los directores más cotizados de la compañía. Gosho, que dirigió La mujer del vecino y la mia (1931), siendo la primera película sonora japonesa, se hizo muy amigo de Naruse, que era tres años más joven que él. Dándose cuenta de su talento para la dirección, le invitó a unirse a su equipo como ayudante de realización. Probablemente debido a la recomendación de Gosho, Naruse pudo debutar como director a los veinticinco años de edad con la comedia: Sr. y Sra. Espadachin, (1930). Hay que señalar, que a excepción de ¡Ánimo, hombre! (1931), no se conserva ninguna película muda de Naruse pero la mayoría de ellas eran comedias de dos o cuatro bobinas que se rodaban en sólo dos o tres días. Resulta fácil adivinar que sus películas, que contenían siempre algún destello de oscuro pesimismo, no se avenían bien con la política del estudio Kamata de la Shochiku, dedicado principalmente a la producción de comedias ligeras. En 1933 Naruse rodó dos películas: Lejos de ti y Sueños cotidianos. Fueron dos películas líricas que no caían en el sentimentalismo propio de la época y la crítica las recibió con grandes elogios.
A partir de 1934, y por intermediación de Sanezumi Fujimoto, Naruse cambió de productora, pasando a trabajar para la Toho, considerada la primera productora moderna del Japón. En esta compañía, el talento de Mikio Naruse floreció de forma notable. Sólo en el año 1935 adaptó una historia original de Yasunari Kawabata, Tres hermanas de corazón puro y rodó otras cuatro películas habladas, destacando: ¡Esposa!, ¡Sé como una rosa! y La chica en boca de todos. Se trata de películas excelentes y representativas de sus obras. Ambas monopolizaron la atención de periódicos y revistas serias de cine a la hora de escoger los mejores títulos del año. El éxito de estas películas le sirvió a Naruse para afianzar su posición como excelente director de cine. Incluso, ¡Esposa!, ¡Sé como una rosa!, se exhibió comercialmente en salas de cine norteamericanas dos años después de su estreno en Japón, siendo uno de los más temprano ejemplos de introducción del cine japonés en un mercando extranjero. Al mismo tiempo, el argumento de estas películas, cuyo protagonismo reside en los papeles femeninos, estableció una línea argumental que se prolongará hasta el periodo de posguerra.
El periodo en el que Japón empieza a entrar en guerra, primero en su expansión sobre China y posteriormente en el contexto de la segunda guerra mundial, fue decisivo para Naruse. En 1937, justo en su momento de gloria, se casó con la actriz Sachiko Chiba, que había protagonizado algunas de sus películas. Pero al cabo de tres años el matrimonio se rompió. En cuanto a su filmografía, el contexto bélico obligaba a los estudios a producir películas propagandísticas y afines al régimen militarista del gobierno japonés. Por ello, el habitual estilo melodramático de Naruse se vio resentido, aunque nunca llegará a renunciar a él. En 1941 filma La luna de Shanghai, película de espías donde los personajes femeninos se ven inmersos en una trama llena de suspense y que no se la puede clasificar del todo como propaganda colonialista. Durante la segunda guerra mundial, Naruse rodó: Cómicos ambulantes (1940), La canción de la linterna (1943), El arte del drama (1944) y Los arqueros del templo de Sanjusangendo (1945). Son películas que tratan sobre un argumento tan tradicional como es el mundo del teatro o el arte de la interpretación. Tanto la sencillez de la realización, como los atrevidos experimentos estéticos de estas películas, se pueden considerar como signos de madurez expresiva de la obra de Naruse. Por otra parte, Naruse también cultivó argumentos de la vida cotidiana, como son los casos de: Toda la familia trabaja (1939), Sinceridad (1939) y Hideko, cobradora de autobús (1941). (Cine Clàsico Japones)

FA 4422

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