martes, 5 de julio de 2011

Kenji Mizoguchi - Uwasa no onna (1954)

La mujer crucificada
En La mujer crucificada la joven Yukiko, mujer moderna y acostumbrada a vivir en la gran ciudad, se traslada a vivir junto con su madre en el burdel regentado por ésta. Yukiko se encuentra sumida en una profunda depresión tras un fracaso amoroso propiciado por los prejuicios de su novio al conocer la profesión de la madre de la joven y un posterior intento de suicidio por parte de ésta. Yukiko no admite la actividad desarrollada por su madre y si siente avergonzada lo que produce continuos enfrentamientos con su madre.Sin embargo, Yukiko, conocerá al médico que trata a las prostitutas con el que iniciará una relación de amistad sin saber que al mismo tiempo vive un romance con su madre. Pronto la joven se enamorará del joven doctor y, al mismo tiempo, entrará en contacto con las geishas llegando a apreciarlas y convirtiéndose en defensora de las mismas.Mizoguchi nos ofrece una visión humana del mundo de la prostitución evitando en todo momento emitir algún juicio moral sobre la profesión de estas mujeres, incluso sugiere que son muchos los tipos de prostitución y quizás más criticables que aquél en el que una mujer vende su cuerpo como sucede con la actitud del médico del burdel, capaz de mantener una relación con la madre de Yukiko por puro interés al tiempo que inicia una nueva relación con la protagonista. En este punto asistimos, como en la mayor parte de la obra del director japonés, a una clara contraposición entre los personajes femeninos y los masculinos caracterizando a las mujeres como personajes de fuertes convicciones y firmes principios frente a los hombres como personajes de menor integridad y de caracter maleable.
FA 4213

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