martes, 18 de agosto de 2009

Y qué hora es allí (2001 - Ming-liang Tsai)


País: Francia, TaiwánAño: 2001
Título internacional: Ni neibian jidian, What time is it there?
Guión : Pi-ying Yang, Ming-liang Tsai
Director: Ming-liang Tsai
Actores: Kang-sheng Lee, Shiang-chyi Chen, Yi-Ching Lu, Tien Miao, Cecilia Yip, Chao-jung Chen, Guei Tsai, Arthur Nauzyciel, David Ganansia, Jean-Pierre Léaud.
Estuve leyendo algunas reseñas sobre ¿Y allí qué hora es? y me llamó la atención lo siguiente: “Sus imágenes largas incomodan al espectador convencional o novato…requiere, claro, de espectadores expertos”, ante tal afirmación en mi contribución al cine y a los espectadores universales aquí va el decálogo para el espectador experimentado:
- Ideal ser estudiante de cine.- Tener el pelo algo largo o cuanto menos desalineado.- Tomar las calles de la ciudad como circuitos de arte.- Conocer el circuito alternativo de cine.- Haber asistido a todos los BAFICI.- Viajar a Mar del Plata para el festival en marzo.- Poder tener largas discusiones sobre el uso de la gelatina en la iluminación.- Detestar el cine de Hollywood.- Quizás y solo quizás gustar de cierto cine de autor de los años ‘70.- Domingo Di Núbila es mala palabra.
Quien escribe este post no cumple con los requisitos (bueno, salvo por lo desalineado del pelo) pero como siempre hay una excepción a la regla, quedó encantada con la película.
Shiang-chyi es una joven que se va de viaje a París y le compra a un relojero callejero un reloj con hora dual para saber qué hora es en casa y así poder llamar.
A partir de este breve y casual encuentro el relojero, que está pasando el duelo por la muerte de su padre, adquiere la obsesión de cambiarle a todos los relojes la hora y colocarle la oficial francesa, también comienza a ver cine francés y se ven en pantalla escenas de Los 400 golpes cuyo protagonista luego se encuentra con Shiang-chyi en París.
El paralelo entre los protagonistas es notable, pasillos infinitos y cines casi vacíos en Taipei y subtes, calles y multitudes y una igualmente terrible soledad en París.
Casi sin diálogos, sin música, ser anónimo y no tener rumbo en la gran ciudad.
Nota: Diario El día
LA ZONA 2843

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